#ElPerúQueQueremos

El hombre y la carne

Publicado: 2011-06-02

Los hombres son animalistas del fuego, así nacieron, Quién salga con hombres sabe que ellos todos ellos tienen un apego poco sano con la parrilla y los amigos.

No es necesario ser socióloga o antropóloga o en su defecto psiquiatra para ver detectar un tema problemático, ya tengo interiorizada la idea de que en algún momento va pasar que fin de semana, zass y el tipo ya no está y se fue para reunirse con su manada alrededor del fuego para demostrar quien es el mono más mono.

Cuando llegué a mi actual parcela el hombre asador anterior se mandó a construir una terraza enorme en el departamento, que por muy ecológico que sea siempre tiene que haber un quincho o algo así, porque  obviamente también era un hombre de parrilla y decidió que su set de asado ritualistico iba a ser con toldos retractiles, un quincho de ladrillos, un lugar para la leña y una seudo bodega/casa de juegos para los implementos que por suerte no consideraba el matadero.

Vale decir que yo jamás he podido tocar la terraza porque él se la tomó. Nunca más me me dejo ni limpiarlo y paso semanas instalándose ritualisticamente encima del lugar casi que le falto dejar sus feromonas.

Un día se me ocurrío limpiar el susudicho altar, fue como una explosión de ira como Chernobyl masculisno, ni que le hubiese tocado a la madre, apagado la tele durante el partido y se hizo el ofendido por una semana.

No hay caso de separarlos de la parrilla, igual que nosotras con la cocina, BROMA.

Los hombres son animalistas del fuego, así nacieron, Quién salga con hombres sabe que ellos todos ellos tienen un apego poco sano con la parrilla y los amigos.

No es necesario ser socióloga o antropóloga o en su defecto psiquiatra para ver detectar un tema problemático, ya tengo interiorizada la idea de que en algún momento va pasar que fin de semana, zass y el tipo ya no está y se fue para reunirse con su manada alrededor del fuego para demostrar quien es el mono más mono.

Cuando llegué a mi actual parcela el hombre asador anterior se mandó a construir una terraza enorme, obviamente también era un hombre de parrilla y decidió que su set de asado ritualistico iba a ser con toldos retractiles, un quincho de ladrillos, un lugar para la leña y una seudo bodega/casa de juegos para los implementos que por suerte no consideraba el matadero.

Vale decir que yo jamás he podido tocar la terraza porque él se la tomó. Nunca más me me dejo ni limpiarlo y paso semanas instalándose ritualisticamente encima del lugar casi que le falto dejar sus feromonas.

Un día se me ocurrío limpiar el susudicho altar, fue como una explosión de ira como Chernobyl masculisno, ni que le hubiese tocado a la madre, apagado la tele durante el partido y se hizo el ofendido por una semana.

No hay caso de separarlos de la parrilla, igual que nosotras con la cocina, BROMA.


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